Aquí en Canarias el verano tiene sabor a agua salada, se viste con cholas de playa y la arena forma parte de nuestra piel, en un verano atípico.
Este verano ha sido atípico, donde los mayores de la tribu les repetíamos a los más pequeños que ya se acabó eso de compartir sus palas y crear castillos de arena en compañía de otros niños. Que tienen 50 centímetros de arena para jugar, y para ir a buscar caracoles ahora se usa mascarilla.
Nosotros hemos aprovechado para descubrir lugares recónditos, donde no había que hacer marcas en la arena para delimitar nuestro espacio, o abusar del gel hidroalcohólico bajo 40ºC.
La pandemia nos ha puesto en una situación especial, invitándonos a descubrir rincones de Gran Canaria, pequeños paraísos llenos de encanto donde se respira naturaleza, y se evitan las aglomeraciones. Cuando queríamos ir de playa, preparábamos un buen kit de exploradores y salíamos a buscar paraísos desconocidos. La playa de Guayedra, El Risco o la Furnia son algunos de nuestros descubrimientos favoritos.
Cuando queríamos un viaje más tranquilo, la nueva normalidad nos ha mostrado la magia de vivir a horas diferentes a las que estábamos acostumbrados, ya que siel resto de tribus prefiere ir a la playa de 13:00 a 17:00, nosotros elegíamos el resto de horas.
Nuestro verano atípico nos ha regalado grandes momentos, descubriendo otra forma de ver la vida y de vivir la isla.
¿Cómo ha sido tu verano?
Por favor, valora este contenido
Your page rank: